El mundo mágico de Neitiry

El deseo me consume, quiero experimentar, quiero estar con hombres a los que volver locos y dominar, quiero que se inclinen ante mí y oren como ante una diosa, quiero darles placer, pero tengo un problema, soy una mujer, y aunque esa condición me permitiría elegir, en mi vida "civil" no puedo saciarme, porque las normas sociales que padecemos son especialmente duras con las mujeres, con su rol, intentar conocer otros cuerpos y abandonarme con ellos me marcaría inexorablemente...
¿Que hago entonces, para ser lujuriosa y controlar la situación en todo momento? He tomado la decisión, dotaré de un cuerpo al deseo voraz: el mío.
Dispongo sobre mi cama delicadamente todas las prendas de mi kimono de geisha para luego vestirme con la lentitud que requiere la ceremonia, los lazos, las sandalias, el intrincado vestido..., y una de las prendas fundamentales es el dinero, ese es mi parapeto, es la coartada para construir el mundo que voy a explorar, es la cuerda por la que subirán mis amantes siendo conscientes ellos de que podré soltar el otro extremo cuando desee, es mi cartel de no traspasar. Esas personas que elija serán mi garantía de libertad, pues nada podrán reclamarme cada vez que dejen mi habitación, ni podrán emitir ningún juicio moral sobre mí, y yo quedaré allí tendida, libre en la soledad de mi habitación, acariciaré a mi gato al que supongo feliz, y yaceré en la cama, por un instante cierro los ojos...



(By Manu)