El Marqués de Sade y su sexualidad rebelde
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- 20/04/2014 a las 12:51 (1478 Visitas)
Todxs conocemos - de manera muy desvirtuada- quien es Sade.
Rebelde irreverente y visionario, no sólo hizo una de las producciones literarias sobre la sexualidad más importante y reveladora de todos los tiempos -el padre del Psicoánalisis, Sigmund Freud, pudo clasificar un sin fin de prácticas sexuales que el psicoánalisis en pleno siglo XX desconocía, sadismo, masoquismo, coprofilia, homosexualismo, zoofilia, necrofilia y fetichismo entre otras- si no también escribió tratados políticos que serían precursores del nuevo orden republicano francés, donde las reglas morales, cívicas y sociales serían cuestionadas, en concreto, la liberación sexual de los años 70´s, el feminismo y la abolición de la esclavitud fueron sentenciados por este autor.
Al contrario de lo que se pueda creer, El Marqués de Sade no se sabe a ciencia cierta si realmente fue partícipe de todos los relatos escritos en sus libros, ya que durante más de la mitad de su vida estuvo recluido, uno de los más aguerridos comabatientes de la Revolución Francesa, que hizo posible el sueño anticristiano de la República, encerrado de por vida en cárceles y psiquiatricos debido a su rebeldía tanto personal como artística y política, una Juana de Arco quemada por lxs propixs francesxs.
Filosofía, política y arte se juntan en la producción literaria de este artista y como artista visionó un mundo donde los seres humanxs fueran libres y por medio del placer encontrarán la verdadera esencia del ser.
Dejo un fragmento de una de mis obras favoritas
La Filosofía del Tocador, escrita en 1871, espero que la disfruten!!!
A LOS LIBERTINOS
Voluptuosos de todas las edades Y de todos los sexos, a vosotros solos ofrezco esta
obra: nutríos de sus principios, que favorecen vuestras pasiones; esas pasiones,
de las que fríos e insulsos moralistas os hacen asustaros, no son sino los medíos
que la naturaleza emplea para hacer alcanzar al hombre los designios que sobre él
tiene; escuchad sólo esas pasiones deliciosas, su órgano es el único que debe conduciros
a la felicidad.
Mujeres lúbricas, que la voluptuosa Saint Ange sea vuestro modelo; a ejemplo suyo
despreciad cuanto contraría las leyes divinas del placer, que la encadenaron toda
su vida.
Muchachas demasiado tiempo contenidas en las ataduras absurdas y peligrosas
de una virtud fantástica y de una religión repugnante, imitad a la ardiente Eugenia;
destruid, pisotead, con tanta rapidez como ella, todos los preceptos ridículos inculcados
por imbéciles padres.
Y a vosotros, amables disolutos, vosotros que desde vuestra juventud no tenéis
más freno que vuestros deseos ni otras leyes que vuestros caprichos, que el cínico
Dolmancé os sirva de ejemplo; id tan lejos como él si como él queréis recorrer todos
los caminos de flores que la lubricidad os prepara; a enseñanza suya, convenceos
de que sólo ampliando la esfera de sus gustos y de sus fantasías y sacrificando todo a
la voluptuosidad es como el desgraciado individuo conocido bajo el nombre de hombre yarrojado a pesar suyo sobre este triste universo, puede lograr sembrar algunas rosas en
las espinas de la vida.
Frèdèric Fontenoy