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Gabriel José de la Concordia García Márquez (Aracataca, Colombia, 6 de marzo de 1927)[1] es un escritor, novelista, cuentista, guionista y periodistacolombiano. En 1982 recibió el Premio Nobel de Literatura (ver: Premios, reconocimientos y homenajes). Es conocido familiarmente y por sus amigos como Gabito (hipocorísticoguajiro para Gabriel), o por su apócope Gabo desde que Eduardo Zalamea Borda subdirector del diario El Espectador, comenzara a llamarle así.[3]>>
Gabriel García Márquez ha sido inextricablemente relacionado con el realismo mágico y su obra más conocida, la novela Cien años de soledad, es considerada una de las más representativas de este género literario.[4] En 2007, la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española lanzaron una edición popular conmemorativa de esta novela, por considerarla parte de los grandes clásicos hispánicos de todos los tiempos. El texto fue revisado por el propio Gabriel García Márquez.[5][6]>>
Gabriel García Márquez es famoso tanto por su genio como escritor, como por su habilidad de usar este talento para compartir sus ideologías políticas.[7] Su amistad con el líder cubanoFidel Castro ha causado mucha controversia en el mundo literario y político.[8] (ver: Amistad con Fidel Castro).>>
Aunque Gabriel García Márquez posee residencias en París, Bogotá y Cartagena de Indias, vive la mayor parte de tiempo en su casa en Ciudad de México en donde fijó su residencia a principios de los años 60.[2][9]
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Una vez más la narrativa de gabriel garcía Marquez nos traslada a otro,lugar,a otra época y a otra mente. En este caso se trata de la de un escritor Nonagenario, que decide romper todas las rutinas de su vida mediante una relacion con una jovencita de 14 años. El se enamora de la belleza a la que admira, vela, contempla, le narra cuentos y cuenta historias, acaba desviviendose por ella.
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Me encanto esto cuando lo leí:
La única relación extraña fue la que mantuve durante años con la fiel Damiana. Era casi una niña, aindiada, fuerte y montaraz, de palabras breves y terminantes, que se movía descalza para no turbarme mientras escribía. Recuerdo que yo estaba leyendo La Lozana Andaluza en la hamaca del corredor, y la ví por casualidad inclinada en el lavadero con una pollera tan corta que dejaba al descubierto sus corvas suculentas. Presa de una fiebre irresistible se la levanté por detrás, le baje las mutandas hasta las rodillas y embestí en reversa. Ay señor dijo ella, con un quejido lúgubre eso no se hizo para entrar sino para salir.
Recuerdo que lo leí hace unos años. Y curiosamente lo leí inmediatamente después (o antes, no recuerdo) de "La Casa de las Bellas Durmientes" de Kawabata. La primera novela de un japonés que leía, por suerte en castellano.
Me parecieron casi paralelas (las novelas).
Lo he leído y me encantó (como todo lo de Gabo) Tiene párrafos antológicos, como el que transcribes.
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